Albin Lainez

Adicto

 

 

Estoy cayendo y no hay ninguna explicación, voy en los huesos por arterias desiertas hacia el final del suicida como pluma al viento. Mis atuendos tienden a mimetizar con hojarasca de bosques tan distantes, y del pelo brota una fragancia sutil que va en ascenso.

Estoy cayendo y nada tiene solución. Dan me aconsejó buscate un sitio natural para acabar con ese puto vicio. Es buena cunpa Dan pero ¿dónde voy a encontrar ese edén antipatriarca donde cada paso no proponga otra desgracia?. ¿A quién pedirle asilo por una o dos noches mientras tirito de abstinencia y de frío?

Estoy precipitando hacia un vacío predispuesto, mis dedos aún así se enganchan al objeto del deseo, los labios buscan sin tregua a qué abrasarse, ¡ese poder áureo –vano- de los humos grises!.

Qué pretende mentir tras las volutas rodeándome la cabeza?. Acaso quiera así llenar el vacío existencial?

Ni los ojos se salvan, ni a su turno las piernas, tanto perdido de mí por esa adicción cruel, y los años a granel que a falta de pureza duelen más