tigre blanco

Un momento de deseo

Y buscaba entre la noche tu mirada,

Sellada entre tu respiración afanada,

Para con tus latidos acaparar la noche estrellada

Y minuciosamente tus manos se quedarán calladas.

 

Entre caricias y besos 

Surgieron varios deseos

Que no nos dejarían de sus efectos ilesos

Pero no hay que cegar lo que esta hecho.

 

Ocultos bajo las sábanas

Como niños jugueteando 

Sin pensar en las mañanas 

Y el corazón regalando.

 

Y unidos en un alma

Se recobra la calma,

Los deseos ya ungidos por la satisfacción 

Lo que para nosotros es amor.

 

Y un endulzante beso de despedida

Sellaba en espera, en denuedo mi vida,

Perfilandome a la terrible realidad

Donde sin tus caricias no hay felicidad,

Esperare con ansias

Cuando te pueda tener entre mis brazos todas las mañanas.