Cuando estoy tan cerca de ti,
tus miradas me acarician,
y aunque apenas se deslizan,
todo mi ser vibra en ti.
Un alma enamorada iría
con el pecho a declarar
ese amor sin disfrazar
que en tu luz florecería.
Con tan solo imaginar
las promesas que dirías,
mi alma entera se abría
como el cielo al despertar.
Mis palabras se deshacen,
son caricias no dichas;
y esas miradas tan ricas
me incitan a delirar,
a tu cuerpo venerar,
aunque al final tú te marches.
Yasuara Melgara