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Cuando te escucho mi cuerpo reacciona avivado.
Y no es con sudor,
aumento de los pálpitos cardiacos,
nerviosismo, ruborización
o el embarazoso gagueo al hablar…
Tampoco reacciona dilatando mis pupilas,
ni con suspiritos pretenciosos
o evocaciones verbalizadas…
Cuando te escucho mi cuerpo reacciona
con una enérgica erección….
Es matemático.