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¡Oh, San Pedro sé, que esperas mi gran llegada,
en la tierra no encontré dueño ni fui amada,
y soy de las vírgenes más bellas vírgenes,
y sé, que no estoy soñando son amaneceres,
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que por hoy vivo la corrida de San Pedro,
aquí, en mi gran cielo, por que he muerto de dolor,
y al sol llegó el ocaso y se fue por el cedro,
no tengo interés que ser salvada por amor,
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no me corras San Pedro soy una viejita,
y mis pies ya no corren como fui pequeñita,
no me corras San Pedro soy una ancianita,
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y es que quiero descansar en paz en la gloria,
con la paz y misericordia del buen Señor,
y no es para que te rías, ésto es historia!.
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