ANA MARIA DI BERT

El alma y la rosa...

El alma y la rosa...


Amanecer que sueña con matices tibios
para que se descongele la escarcha bruna
que todo lo envuelve de malos presagios,
de fríos que traen
borrascas que dañan...

El alma se pone el disfraz de la rosa,
porque quiere filtrarse desapercibida
entre el follaje del amor que afirme,
su huella por la fronda
donde se ha perdido.

Pero no encuentra el duende que la salve,
y se va deshojando.
Sucumbiendo...

El viento arranca uno a uno sus pétalos....
¡Punza! ¡Duele!
Mira el rocío escarlata que brota
y presagia que llega su ocaso.

La savia fluye lentamente por la herida
que le produjeron sus púas
y como burla de su sino
siente tibieza
mientras se extingue...

Suspira la rosa su póstumo aliento
y pide a los dioses en oración profunda
que dejen volar al alma
para que pueda sobrevivir en sueños...

Ana María Di Bert
19/03/2014