Maria Cristina Fasolo Bennardo

*****…Y DEJÉ QUE EL SU...*****

 

En medio del salón estabas tú mi amor
impecable, mi príncipe adorado con
tu mano estirada esperándome, con ese
porte y señorío, y yo bajando la escalera
y todos me abrían paso, cual si fuera una
Diosa, me miraban diferente, como con
esa admiración que me acariciaba en toda
mi extensión con mi vestido blanco y
pequeñas rosas salpicadas en mi pelo …
No miraba a nadie
Nadie me importaba
No existía ser viviente
Nadie bailaba allí… solos…
Tu y yo mirándonos en
Los balcones del alma
Solo la música nos provocaba
esa dulce ansiedad que
nos quitaba el aliento …
Tomaste mi cintura y
Girábamos girábamos girábamos…
Al son de ese Vals… que parecía
poner alas a nuestros pies….
Nuestras miradas embriagadas
de pasión y deseo la música nos
Envolvía entre sedas y tules
del alma y querer, de nuestros cuerpos
me hacía, cerrar mis ojos imaginándonos,
en un espacio de etérea majestuosidad
en la adoración de nuestros deseos
sueños y el despertar de nuestros sentidos….
Atrás quedaron las soledades y tristezas
Y entre giro y giros y más giros miro
tu rostro tan perfecto! tan fuerte, y esa
mirada de ojos penetrantes que lo dicen todo
tomas mi mano en forma decidida y me sacas
del salón, nada me importa!
solo estar con contigo!
mi mirada ya nada puede ocultar …
y una brisa pasa por mi cuello… Estremeciéndome,
hasta casi… Perder los sentidos, y me dejo llevar,
y no lo puedo evitar,
casi un frenesí empujaba mis pasos
y una oración repetida rezaban mis labios…
Soy tuya amor, soy tuya…. y para no demorar
me alzaste en brazos y nos cruzaste por …
Los bosques cautivos, con su manto de espesa
blanca nieve y la luna, haciendo brillar mágicamente
ese espectáculo de nuestra… turbadora huida
y desenfreno… Con el corazón palpitante
me llevas hacia el coto de caza entramos como
por asalto… en el gran hogar crepitaban los leños
chisporroteando por el efecto del atrevido viento
que se coló con nosotros, quiso festejar él también
su danza haciendo su juego en las luces y sombras de
esa noche, mágica y única, me depositas en el
en el sillón de pana roja, me miras recorriendo
cada milímetro de mi rostro como para grabarlo
en tu memoria y acercas tu boca recorriéndolo
con tu aliento reverenciándome, acercas tus
labios a los míos besándome largamente,
me siento ir, como alejándome, no quiero que suceda!
no lo quiero! , no ahora!
y como supiera lo que me esperaba….
Me abandoné y dejé que el sueño ….
En el que estabas Tú…
Me tomara por completo…

Maria Cristina Fasolo Bennardo
Seudonimo ORO RUBI
Argentina D.A.R. 26.6.2015