GuillermoO

Alma

 

 

Alma,

tu boca se hace luz en mi boca.

Tu sonrisa se parece a un territorio que late,

surcados por navíos de madera.

Suena el vello suave de tus brazos

como una canción voladora,

y tus audaces deseos no son más que plegarias,

Por tus pasos camina aquella tarde en que recorrimos

el oriente,

recogiendo azucenas para trazar el dibujo de tu lengua amada.

 

Alma.

 

Y acaso por buscarte demasiado

busco  necesidad en el olvido.

 

G.C.

Direc. Nac. del Derecho de autor