Moshiita Piadosa (LMP)

Carta

Después de 25 años me he dado cuenta que siempre tuve una enfermedad, que me estaba consumiendo tanto que ya no podía disfrutar de mi vida a plenitud, lo peor de todo es que yo no sabia de donde provenía este sentimiento, y siempre pensé que eran sentimiento encontrados y nada mas. Pero esta enfermedad me causaba mucho daño, sufrimiento y esto lo reflejaba en mi idea equivocada de vivir, sentía a veces una rabia intensa que no solía controlar, o un sentimiento de culpa que me hacia llorar y llorar.

Este dolor que sentía en lo mas profundo de mi ser me hacia daño, de modo que no veía que la vida se estaba pasando tan rápido y yo no la estaba disfrutando, lo único que hacia era encerrarme en mi dolor, soy un ser humano al igual que cualquiera de mis padres, pero eso no significa que puedo estar justificando mis errores, las pruebas o sufrimientos que nos toca vivir en la vida, no son castigos, ni nada que Dios crea que nos merecemos, simplemente son producto de nuestras malas decisiones, en este caso la mala decisión que mis padres tomaron me hizo a mi sufrir sus consecuencias.

Por 25 años me pregunte lo mismo. Porque? Porque tuve que ser yo? Porque a mi? No entendía la ausencia de mis padres, yo era tan pequeña, no sabia nada de la vida, no podía enfrentarme sola a este mundo, pero acá estoy, y aun sigo de pie.

Solía sentirme tan sola, abandonada y no me permitía crecer, realmente fue difícil superar este dolor, porque resulta que las personas que mas debían amarme, me dejaron a si como si nada, a mi suerte, sin ni siguiera una pista, sin un apellido para que luego yo los buscara, todo paso tan rápido que para mi la vida justamente ahí se detuvo. Me dolía cada vez que salía y veía a un padre abrazando a sus hijos, me dolía cuando regresaba a casa y nadie me esperaba, me dolía que nadie se sintiera orgullosa de lo que he logrado, me dolía que jamás escuche de ellos un TE AMO, me dolía todo, si quizás sea una exagerada, pero en realidad me dolía todo, y cuando digo todo me refiero a todo, cabeza, alma, ojos, mente, e incluso me dolía tanto el corazón que muchas veces quise y desee dejar de respirar. Cuando ellos se marcharon yo era tan solo una pequeña de 1 año o quizás menos, ni siguiera yo se exactamente la edad que tenia, pero si se el día exacto en el que partieron, era difícil y complicado a la vez, pero resulta que las personas que me encontraron decidieron Terminar de marcar mi vida, no puedo negar que también fui feliz, pero la felicidad no nos duraba nada.

Pase años sentada frente a un pequeño altar que colocamos en el comedor, donde solíamos tener la imagen del sagrado corazón de Jesús, cada día le pedí solo un milagro, el sabia el anhelo de mi corazón, por lo cual creo que estaba de mas mencionarlo, se me pasaron los años y el milagro nunca llego, a veces me quedaba hay y quería hacer trueques con Jesús, yo le prometía ser obediente, buenas calificaciones, solo para que el me regresara a mis padres y nunca sucedió, yo estaba molesta con todo, incluso con Dios, porque sentía que el no se interesaba en mi, me dolía porque de cierto modo vivía el abandono cada día, yo le preguntaba a Dios porque me permitió eso a mi? Porque no escogía a otra chica de la casa hogar? Y le gritaba, si lo hacia, porque el cuando envió a su hijo si le puso una madre, nuestra madre Maria, a la cual le permitió estar siempre con Jesús, entonces yo le reclamaba que si el siendo Dios necesito del amor de su madre, cuanto mas no la necesitaba yo en mi vida, yo también quería tener a mis padres conmigo.

 

 

Pero en realidad yo no odie a mis padres, jamás supe que era ese sentimiento, no los odia, saben porque estaba tan dolida era porque los amaba y ellos no estaban a mi lado, yo toda la vida pensé que podían regresar y que podíamos ser felices, pensé que el tiempo era de menos cuando el amor existía.

No se cual sea la forma de pensar de ellos, pero en realidad les contare que lo que mas afecto en mi vida fue que la marque, yo creí que mis papas simplemente huyeron por miedo o algo así, de tal modo que yo hacia eso en mi vida, creí por mucho tiempo que huir era algo sano, porque si estaba en problemas, o cometía errores simplemente huía, y saben hace un par de meses atrás perdí todo lo que había construido, perdí el amor de las personas que me amaban, perdí todo por huir, y aunque me di cuenta de mi error, y de que justamente no quería ser como mis padres, no pude hacer mas nada, me di cuenta que a veces huir trae mas consecuencias que aprender a aceptar nuestros errores y pedir perdón.

Yo no quiero culpar a mis padres por mis errores, porque como les dije anteriormente cada quien recoge lo que cosecha, como tampoco deseo algún mal para ellos, al contrario le ruego a Dios que los guarde, que guié sus pasos en cualquier camino que ellos hallan elegido, ya sea juntos o separados, le pido a Dios que supla todas sus necesidades de tal modo que nunca sientan miedo o que no se sientan solos, y si lo mas importantes es que los PERDONO, desde lo mas profundo de mi pequeño corazón los PERDONO, porque no haber estado ahí, y lo único que me gustaría que supieran es que siempre serán mis padres, porque ustedes le dieron inicio a mi vida, porque en mi corazón siempre habrá un lugar para ustedes, y no importa cuanto tiempo mas pase, se que el día que Dios decida reencontrar nuestros caminos, podremos ver el pasado como una factura que Dios ya cancelo, y hundirnos en un fuerte abrazo.

La verdad es que estos últimos años de mi vida, han sido la mayor bendición que un ser humano podría encontrar, mi iglesia, mi comunidad Católica San Pablo, mi segundo hogar, donde pude encontrar personas que realmente estaban dispuestas a ayudarme, y si le doy gracias a Dios porque el puso a las personas correctas, gente que paso día tras día orando por mi, gente que cuando me veía no me juzgaba, si no que aprendieron a amarme justamente así como era, una persona caprichosa, rebelde y muchas veces hiriente, pero nunca se rindieron y hoy pueden disfrutar conmigo, de los cambios que Dios ha hecho en mi vida, ellos son testigos de que Dios si cambia a las personas, pero lo mas importante es tener fe, y no perder nunca las esperanzas.

Creo que Dios hizo un milagro en mi vida, quizás no el de mis padres, pero si el milagro de cambiarme a mi por completo, de hacer de mi, una mujer de bien, una mujer que ame a Dios por sobre todas las cosas y se que de hoy en adelante disfrutare la vida a plenitud, de tal modo que mi padre celestial siempre me acompañara, porque no quiero vivir mi vida sin Él, quiero estar junto a el en cada instante y así sentirme segura, porque DIOS puede sanar cualquier corazón, por muy duro que este, o por muy frágil que se encuentre.

TE AMO DIOS