Aritza

de rodillas...

Siempre la redondez de

tus rodillas

calibrada por las palmas de

mis manos, de

tus tobillos de

tus codos de

tus pómulos de

tus ojos.




De tus ojos,

si los miras,

aparecen chispas,

redondas de

tus hombros de

tu falda redonda

en el espacio entre

el frunce y la comisura de

tus labios...