Raúl Daniel

POSESIÓN (de mi libro “Poesía Extraordinaria”)

 

POSESIÓN (de mi libro “Poesía Extraordinaria”)

 

Hoy no estás conmigo, pero no me importa...

(aunque no te olvido).

 

Tu recuerdo me azota,

tu imagen inasible me persigue

y mi poesía brota

como un manantial incontenible.

 

Y no sufro porque no te tengo

(me conforma tu recuerdo).

 

Cuando en soledad me siento y pretendo

con mis brazos apretar tu cuerpo rosado y caliente,

en fantasía lo siento junto al mío

y con tal fuerza te imagino, que es casi lo mismo.

 

No te tengo conmigo, pero fuiste mía,

y, aunque por breves momentos

me quisiste y dijiste que me amabas...

hoy no quieres continuar en el intento,

pero me consuelo con el recuerdo

de tu boca, en la agonía

del deleite de mis besos.

 

Hoy no te tengo, pero no me lamento...

hay sentimientos que no conocería

si no te hubiera perdido: extrañarte, por ejemplo...

¡qué paradoja, se me antoja que todo,

aún el mal es para bien,

y, hasta en el no tenerte hallo gozo también.

 

Estarás con otro...

o con ése que no pude desalojar de tu vida,

serás novia o esposa o amante o querida...

y, a lo mejor, también serás feliz.

Más, como yo te amé, así

no sé si te amarán...

Algunas veces tus manos buscarán

entre los papeles viejos y hallarás mis versos...

y te recrearás en ellos... y suspirarás...

 

Tus ojos se pondrán llorosos,

como se ponían en las plazas,

las escasas oportunidades en que casi rojos,

acompañaron a tus labios a decirme: te amo.

Y mojarás el papel...

y temblará tu mano...

 

No podrás conseguir otro como yo, ¿sabes?:

Dios hace uno así cada cien años

¡y justo te tocó a ti!

pero el próximo no te tocará,

no será tu tiempo.

 

¡Pero yo sí, al menos parte de mí

estará allí, pues mi espíritu,

en cualquiera que lea mis escritos,

despertará en su alma y lo poseerá...

y, al recitarme en los oídos de su amada,

me resucitará... seré eterno...

no moriré ¡mientras alguien lea mis versos!

 

Conquistaré mujeres con ellos,

poseeré sus corazones soñadores

y sus cuerpos ardientes...

y para poder hacerlo:

¡Adentro de los hombres me meteré primero,

estaré en sus dedos, en sus ojos y en sus bocas

en rimadas estrofas...!

 

¡Y aunque me muera haré lo que quiera,

por siempre y para siempre,

es mi destino... y lo acepto!

 

Hoy no te tengo...

¡pero igual te tengo...!

 

Y ya que puedo te daré otro regalo:

Te haré a ti también aparecer en el futuro

(como se cree que pueden hacer los magos),

en un poema pondré tu nombre, y por ello

te soñarán algunos hombres...

te idealizarán (como lo hice yo),

tu fotografía (en mis libros) verán

y te creerán perfecta...

la ilusión hará que emerjas

como un fantasma o bella durmiente

¡o eterna cenicienta!

 

Estás ligada a mí,

te poseo aunque no lo quieras,

eres mía:

en el pasado...

en el futuro...

¡y en mi poesía!