A. Martinez

Enemiga amada mia.

Enemiga mía

la de mis noches en vela

la que aumenta mi codicia por abrazos

la que me hace suspirar al ver sus labios

la de los ojos de mirar despacio y con acentos

la que camina en contra de mi viento.

 

Allá lejos te me ocultas tras montañas azules y blancas

con sus crestas congeladas y filosas

casi al otro lado del mundo

pero hasta allá llegan mis versos

con mi voz para encantarte y devolver

parte de tu malicia

esa es mi venganza.

 

Que me vayas extrañando como yo me desespero

que un día como sin querer me vayas queriendo

y vayas sabiendo lo que duele no saber

lo que duele no ver lo que más quieres ver.

 

Y en realidad yo no te odio

a pesar de estos dolores que me parten la espalda

y me doblan como una débil rama el viento

a pesar que ando buscándote sediento

atravesando este gran desierto sin oasis

llenos de sentimientos como espinas

hambrientos de mi sangre y de mi carne.

 

No claro que no te odio

te digo enemiga para consolarme

para engañar a esta estúpida conciencia

que no deja de buscarte como el perro abandonado busca al amo

sin saber por qué motivo lo ha dejado solo

así te busco, así te extraño, así te necesito.

 

Perdóname el principio entonces

Amada mia.