Usted, ha pintado su presencia en mi memoria
cual paisaje tremolante entre pétalos de orquídeas,
es la paz en la batalla, justa espada y dulce gloria,
la custodia de mis sueños y la alegría de mis días;
Es usted la causa de mis ansias fustigantes
que insistentemente invocan su presencia,
los clamores melodiosos, tristes, resonantes
rogando por su amor prendados de impaciencia;
Usted… solamente usted en mi corazón habita,
es la noche estrellada donde duermen mis anhelos,
manantial de vida eterna donde mi alma resucita
y luz divina que ilumina con su gracia mis senderos;
Su nombre yace palpitante en estos labios áridos
que sedientos de sus besos lo pronuncian insistentes,
es usted quien alimenta mis deseos más cálidos,
la imperiosa necedad de estos brazos insolentes
que la extrañan entre tantos sentimientos anidados,
entre hermosas ilusiones y desvelos indolentes.