CARLOS ALBERTO BADARACCO

OSCAR WILDE




Besa suavemente aquella tumba
con un beso profano como su nombre;
esa luz que se levanta entre abrazos… puede oír,
palpita estremecida entre fríos mármoles.

Besa con una fuerza inusitada,
un beso lujurioso, apasionado.
Aquella estirpe mundana codiciada;
era joven su alma todavía
y se ha convertido en santo de la palabra.

Un lirio blanco, sutil, complaciente
adorna el gélido mármol que esbelto se levanta,
un señuelo gentil de tibias letras se agiganta,
aunque los tiempos en el silencio lo hayan abstraído.

Besa orgulloso aquella tumba acicalada
con mil colores de ósculos ofrendados;
besa sin calma en forma casi obsecuente;
para que descanse en paz el ídolo de las letras.

Besa, y en cada beso dirime un sentimiento
profano, lírico, inolvidable
allí quedará por siempre, es un recuerdo
sobre la alada imagen extendida en su costado .

CARLOS A. BADARACCO
28/2/12
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