PETALOS DE NOCHE

Del silencio al vacío...



Se mueven las partículas de la distancia[...]


Me he detenido...,

unas ruinas amarran mis costillas...,

cada latido nervioso hace ecos aletargados...,

-el reloj de carne se engulle su dicha...-

caen cenizas disfrazadas de nubes...,

contaminando el coágulo de mi ignorancia...,

al evadir los naufragios en mi mancha de sal...,

destrozando la inflexión centrífuga...,

de mis ojos navegando a la asfixia de los peces...,

volando en una caída fatal en mi inmersión...,

con esas lágrimas quebradas y desahuciadas...,

deteniendo el corazón del tiempo...,

en otra mancha sanguínea perdida...,

en la pérdida de las consonantes lumínicas...,

que se atoran en el vacío de mi boca...,

y mueren en el silencio de mis labios...,

cuando dejo de verte reflejada

en la extensión del mar de tu alma ahogada

en esa noche de tinta..., sin expresión

como todas las noches, cuando muero

y en la lástima de los cuervos...,

me regalan sus ojos, y cierro mis entrañas...,

con lágrimas ajenas, duermo soñando la falacia

de despertar, encontrándome aún colgado

del árbol con los látigos del cielo...,

la condena de vivir, sin entender la vida[...]
 

Y aún permaneciendo en el centro...

Sólo en soledad/con el vacío de contexto-

Y el silencio de guión pusilánime de la crónica de los muertos.