Ricardo_Manzanarez

Una Rosa En Mi Jardín

Hay una rosa en mi jardín

Soñolienta y angustiada;

Pensaba acerca de su fin

Cuando apenas despertaba.

 

Creía ser la única de su estilo,

(Coqueta, ruborosa y tímida);

Pues tenía un fecundo pistilo

Que alojaba alegría de vida.

 

Es una rosa llena de orgullo,

También llena de sentimientos;

Que soñaba siendo capullo

A merced de los cuatro vientos.

 

Sus anteras amarillezcas al aire,

Filamentos delgados y ovalados;

Así me dijo ella con un desaire:

\"desencadena mi corazón atado\".

 

Aquella rosa estaba muy triste,

¿Qué entristecía a la rosa?;

Pétalos rojos son los que viste,

Los que le hacen ver hermosa.

 

Tú - me dijo - por favor ayúdame.

Tengo miedo de ser marchita;

Si te fallo... por favor perdóname,

Pero haz que el amor aun exista.

 

Dije: escucha mi voz, por favor.

Yo siempre cuidaré de ti;

Jamás dudes de mi amor...

Pues lo hicieron y entristecí.

 

Le prometí a aquella rosa

Siempre amarle y cuidarle;

Le prometí escribir en prosa,

Y siempre en versos hablarle.

 

¿Cómo te llamas? Me preguntó

Mas no supe que responder;

¿Cómo te llamas? Me murmuró,

Entonces yo volteé a ver:

 

Risueñas son todas las flores

Igual que tú, escarlata rosa.

Colmadas de graciosos olores

Aromáticos. Sobre ti reposa…

 

Radiante un colibrís de mañana,

Dando aleteos ante tu dulzura;

Olvidándose de flores marianas

Por ocuparse de tu miel pura.

 

¿Y tú? Rosa ¿cómo te llamas?

Le pregunté de manera callada;

Dime… ¿aún tú… tú aún me amas?

Y me contestó muy calmada:

 

Fue la crueldad de un desamor

Angustiado y muy injusto;

No hubo quien me hablase del amor

Ni quien me diese mis gustos.

 

Y fue así el comienzo de mi dolor,

Por querer a quien yo no amaba;

Aunque aún yo sienta mucho amor

Tuve que dejar a quien me perdonaba.

 

Risueñas son todas las flores

Igual que yo aun siendo una rosa;

Con anteras y pétalos sin colores,

Igual pedúnculo, frágil y hermosa.

 

Abrí mis ojos después de ser

Capullo, y con orgullo mis pétalos;

Abrí mis ojos y así pude ver

La vida y el tiempo en intervalos.

 

Hay una rosa en mi jardín,

Soñolienta y angustiada;

Sin saber si es el fin

Pues está muy enamorada.

 

Ya no quiero seguir pensando

Ni pensar más en ella;

Porque me estuve enamorando

De una rosa y de una estrella.

 

Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)