Raúl Daniel

DERRIBARÉ MURALLAS (de mi libro “Apocalíptico”)

 

Primero fue un silbo suave y apacible,

luego fue trueno y huracán...

tu voz casi imperceptible

se transformó, de pronto, en el terrible

grito que en la guerra

los capitanes dan...

 

Jehová de los ejércitos... Yahvé...

Jesús, Dios mío...

Rey que me eres para siempre jamás,

yo te amaría aún desde el infierno

(si es que me tocara ir a ese lugar).

 

Yo te negué en mi ignorancia (o capricho),

porque quería hacer mi voluntad,

Tú me esperabas como padre a hijo

(amor, más misericordia, más bondad).

 

Desde la pared (en la madera) el crucifijo

algunas veces me hacía meditar...

yo racionalizaba los milagros de Jesucristo

y Tú decías: -“Le doy un tiempo más...”

 

Fueron destruidas todas las alturas

que edifiqué para poner mi altar,

y aquellos dioses que de mí mismo hice,

ante tus escrituras... no se hallaron más.

 

Como timbales llamando a la batalla,

como trompetas de tu Majestad,

en mi cabeza tu voz me incita

a caminar...

 

Pero, ¿a tu lado, Señor, quien no camina?,

¡voy a correr y voy a saltar!,

derribaré murallas en tu Nombre

con esa espada de la Palabra

¡qué Tú me das!