Raúl Daniel

ORAR (de mi libro “Apocalíptico”)

 

Bajar los ojos, conectarse a Dios

con humildad, quietud y paz;

hablar de todo, más no decir palabra,

sino comunicado mente a mente...

 

Tener de pronto la total libertad,

definitiva e infinitamente

quedar sin culpas ni resentimientos,

gozando el privilegio de solamente amar.

 

Estar en Él y ser,

en trascendido acto de eternidad,

en el simple momento en que el sentimiento

nos quita de la carne, del dolor y del tiempo,

para, simplemente... orar.