Sara (Bar literario)

Detrás de las palabras

He despertado.

Hola pequeña mujer.

Eras tú, la que guardaba versos debajo de las palabras. Eras tú la que escondía pequeños adioses azules y las hacía cosmos de sueños. Todo para verte intacta. Todo...en esta fría caja compacta que hemos llamado amor.

He despertado.

Y ha sido mi voz quien me ha saludado, mi mano quien me ha ofrecido una caricia. He sido yo la que caminaba en una calle solitaria, en donde retumbaban los ecos de mi voz.

Me he reconocido.

He visto mi rostro trazado desde el espectro del miedo y las brújulas de mis brazos, que sostuvieron en sus péndulos todos los momentos que me marcaron para siempre.

Me he visto florecer en mis manos, caerme desde el cielo que creé para creer en la vida. Y a todo ello, le he sonreído. Todavía con la esperanza arropada dentro de la cuna de la primera edad.

 

He exiliado mis silencios de aquella pequeña tierra en donde desfallecí.  En aquella tierra, en donde por veinte años, me he cantado nanas y canciones fúnebres. Reconocí el epitafio de mi tristeza y lloré por la edad en que dejé morir a los viacruces de mis pequeños labios.

 

Tanto he aprendido desde este camino. Tanto quise, tanto amé. Tanto me escondí del hombre. Y era el hombre, un vagabundo solitario que se fugaba también de una mujer. 

 

Bendigo esta sed que tiene mi alma en la lluvia. Bendigo a mi alma por cobijar pequeñas lunas detrás de cada sombra en paroxismo de soledad. Sombras que se deshacen de mi cuerpo, cuando trazo en el muro de mi vida, una pequeñísima palabra y desde adentro, se escucha a los presos, cantar con delirio, porque ha caído otro muro....