Una de estas noches
 sin más luz que la de tus ojos,
 desande tu cuerpo,
el camino de mis manos
 iluminó tu cuerpo con rocío.
 En tu mundo enmudecido
 de palabras sin historias,
 se silencio la boca
seguida de ansiedades.
Entre tu vientre y mis caricias
 los labios encontraron
 primaveras,
 encerradas en dos mitades
 de conciencia
 allí donde mi vida huyó para tu vida.
Unidos transitamos,
 por el pasado sin ser vistos,
 y editamos de imprevisto
 lo que siempre deseamos.