Joseph Octavius Moral Lope

H.O.P.E.

Las pocas tardes, cada vez menos,

Que me quedan por ver declinar

En Santa Cruz, mi soledad que no

Es muy diferente a la de otros o

A la de Werther antes del suicidio,

La tristeza cuyas zarpas nunca tienen

Tiempo a contraerse, versículos,

Cífras, volúmenes, el ruido del mar

En la memoria, las incalculables cosas

Que nos apartan, a ti y a mí; es el desierto,

Los diversos climas, bibliotecas y cuartos

Vacíos; mi habitación desordenada que

Fue espesura de flores cuando en Xochimilco

Cada cosa se nombraba con el cántico y la

Sangre, Guy de Maupassant y Borges, memorias

Que fallidamente intentan alegrarme, las primeras

Décadas de este siglo, recuerdos que me siguen

Y que intentan darme muerte, el único llanto

Que dejo entrever que es la poesía…

He aquí las pocas cosas que me quedan

Y bordean mis días.

Sólo una quisiera perder aunque es mi sombra.

Esa alhaja que me empobrece es la esperanza,

El entresueño donde llegas y me dices

Que me quieres y soy yo entonces

Esa sombra enamorada que precisa

Tus pasos y tu boca para existir…

Sólo una cosa quisiera perder

Para afrontar una muerte segura

Y firme: La esperanza, la siempre

Esperanza, aunque es mi sombra.