VICTOR BUSTOS SOLA

LA OTRA

La otra,

la desconocida,

la impensada,

la que tu llamas

mujer de la nada,

mi hogar de los viernes,

con leños encendidos

de 18 a 24,

donde anidan mis ansias,

mis desvelos,

mis deseos de amar,

la que ocupa tu lugar,

cuando no estás a mi lado,

la que acaricia mi almohada,

escarbando con ternura mis sueños,

la que perfuma mi cuerpo,

con eróticos besos,

la que nada pretende,

solo miradas de amor,

y bellas palabras,

tú socia,

la melliza de tú corazón,

la que besa con fervor las sábanas,

bebiendo mi sudor,

cuando hacemos el amor,

la siempre dispuesta,

la que ora por mí,

la destinada a vestir santos,

cuando yo le falte,

la que pierde la razón con mi arribo,

la que cierra puertas y ventanas,

con siete llaves para que no parta,

la otra,

donde reposa mi corazón,

suplicando tú amor,

daría mi vida que fueras tú,

solo tú,

la otra.

 

Víctor Bustos Solavagione