Es imposible no sentir pavor
Por lo ocurrido en Nepal
Más de cuatro mil muertos
¡Dios mío¡ ¿porque tanto, penar?...
Lloro con lágrimas, hacia mi interior,
Ya que esta catástrofe, es infernal
Cruje y se hunde la tierra del ¡Señor¡
Lloran los que se han salvado, en Nepal...
Levantando escombros para salvar vidas,
Que aun respiran, atrapadas entre los escombros
De esta inexplicable tragedia, en estos días
es difícil comprender el porqué, de mil demonios...
Solo queda que a través de la ayuda incondicional,
Pasaran años de reconstrucción y jamás se olvidara,
El estruendo de este terremoto, tan vil y brutal
Yo estoy muy apenado y creo que jamás, pasará...
Siempre en nuestras pupilas, estará visible el llanto
Nuestro y el del mundo entero al ver tal devastación,
De sacar los muertos, como si fuesen sacos de cemento,
En la tierra de este país, donde hay desesperación...
Ha sido inesperado y hay, un antes y un después
En estas tierras, qué eran preciosas, de ver en su mapa
Y ahora todo está derruido, aniquilado antes de ayer
aún siguen buscando muertos y vivos, que respiran...
Solo queda rezar y que se nos olvide cuanto antes,
Viendo otra vez la ciudad de Nepal, con vida propia,
así pasaran los años y en cientos de generaciones,
solo quede la visión televisiva, de lo que paso un día...
Es difícil de narrar ahora, tanta tragedia de golpe,
Que Dios perdone, si me he pasado con los cielos,
Pero no puedo disimular, este llanto de torrente,
Un mar de tristeza, una tierra devastada por el dolor.
Modesto Ruiz Martínez/ lunes, 27 de abril de 2015/ Enviado desde mi iPad