Raúl Daniel

UN PAÍS LEJANO (de mi libro “Apocalíptico”)

 

Érase una vez un país lejano,

donde no había aeropuertos

ni transportes urbanos,

rodeado de montañas

y por selvas aislado,

con un pacífico pueblo

de hombres honrados.

 

El rey que gobernaba

con justicia la comarca,

no tenía ambiciones

ni deseos malvados,

él era feliz con su esposa

(rubia y blanca)

y con los cinco hijos

que Dios les había dado.

 

Pasaban apacibles

y felices los años,

gobernantes y súbditos

todos mezclados;

al cumpleaños del rey

seguían dos días feriados,

y la farra total

pagaba el Estado.

 

Crecían los príncipes

entre algodones de amor,

Guillermo, Josefina,

Jorge, Juan e Inés,

el heredero sería

el que fuera mejor,

y eran todos instruidos

como futuro rey.

 

Nadie se dio cuenta

ni nadie supo cómo

los celos y la envidia

entraron en Inés,

arrastrando a su partido

al pequeño Juan,

dividiendo al país

y a la familia real.

 

Se armaron dos ejércitos

en un momento fatal,

y el rey no acertaba

la solución final.

 

El resto de la historia

todo el mundo conoce,

periodistas viajaron

hasta la capital...

se construyó una ruta,

también un aeropuerto,

con los servicios prestados

de una multinacional.

 

Hoy figura en el mapa,

está en las estadísticas:

“País Convulsionado”

(como tantos que hay).