Donaciano Bueno

La maldad sí existe

El mal existe, sí, yo lo conozco,

se cruza por mi lado cada día,

entre rezos, está en la sacristía

y en tugurios de alto y bajo costo.

 

Los veo pulular por las ermitas,

u ocultos tras de los confesionarios,

sibilinos y a veces ordinarios,

sarracenos y en general cainitas.

 

Escondidos, están siempre al acecho

a que puedan saltar sobre su presa

y engullirla dejando allí el desecho;

 

mas no esperen que él sièntase maltrecho,

que a la maldad el bien no le interesa

pues nunca ha de penar por lo que ha hecho.