Leandro Rodríguez Linárez

Intitluado CCXCIV

De repente todo comenzó hablar,
Sin la formalidad de los alfabetos,
Ni vocabularios limítrofes,
Era tu voz mujer,
Simplemente tu voz,
¡Perfecta!
Que sabía extinguir los puntos,
Que sabía eliminar las comas y
Erradicar oportunamente los acentos,
Era tu voz entregándome lo que me dabas,
Cuando callabas a milímetros de mi.

 

LRL
20-4-2015