amiquini

a mi madre ausente

A mi madre ausente

Tomados de la mano

íbamos  contigo al fin del mundo,

siempre juntos, caminando

como dos enamorados,

desde aquella nuestra cálida tierra

hasta esta fría ciudad de los jardines marchitos.

¿Por qué soltaste mi mano?

Es tan fácil extraviarse

en la bruma de esta inmensa soledad.

 

De puntillas,

azorado,

miro a todos lados,

sofocando mi deseo de volar tras de ti,

no sea que decidas regresar

y  no me encuentres aquí.

 

Con el sol ya mustio,

quedo cada vez más solo,

en este desierto de concreto

que me aflige,

las calles vacías,

el cielo vacio.

Ya no habrán más auroras para mí.

 

Que ganas de llamarte a viva voz

¿me escucharías? —No.

No me escucharás,

mi grito ya no te alcanza,

no regresarás,

tal vez también te perdiste.

 

Madre, este reconcomio

que deja tu ausencia

hace penosa la espera,

paradito,

tiritando,

en la vereda donde te perdí

 

Me voy, sí.

Ya voy Aurora

a buscarte

en la última historia de amor

que me contaste...