GuillermoO

Mientras caen los días

 

 

Te quiero como si la muerte hubiera herido tus ojos.

Como si el mar te helara con espumas

y dejara soledad en la franca arena.

 

Ahora sé que eres feliz,

que alguien cubre de risas tus días,

y protege tus noches con la misma luz que fue infinita

mientras habitábamos nuestros corazones confiados.

 

Pero nadie conoce ahora mi forma de amar:

amo con desespero,

amo con la inmediata angustia de perder.

 

Lo extraño, lo que siempre encuentro,

es un adiós inacabable,

como si pájaros de picos temibles cantaran sólo en las auroras amargas,

como si fuera la muerte que hubiera herido de súbito mis ojos.

 

Un dulce y temeroso perfume llaga entonces a envolverme.

Y veo tu rastro desnudo,

mientras caen los días.

 

G.C.

Direc. Nac. del Derecho de autor