Nelsmar Yanes

El atardecer sorpresivo que nos brindó situaciones inesperadas Entre un largo beso y suaves caricias

 

Que gozo resulto ese atardecer; todo comenzó con una señal tecnológica que viajaba de un lado a otro, y tanto fue su profundidad que nos hizo encontrar sin que ninguno de los dos supusiéramos lo que podría pasar; que era un comienzo de historia que se abrió y se cerró en solo unas señales de luz y un apagón.

Nos preguntábamos que haríamos sentados en el jergón, y un gran pensamiento viajo por nuestra mente sin saber que estábamos conectados mentalmente, entre películas y cambios de canales, la cercanía se hizo presente y comenzó el atardecer sorpresivo entre esa llamativa alcoba.

Entre empujones y abrazos; crecieron sentimientos y preguntas: Y si tú brasear se desprende que ocurrirá jajaja? Y si tú te alejas y no dices eso que ocurrirá jajaja? Entre risas nerviosas.

 

Nuestro acercamiento nos llenó de destellos de amor y curiosidades; entre miradas nos hacíamos más nos acercábamos, que de pronto todo quedo oscuro y solo nuestras siluetas era lo que a simple vista podíamos observár; mientras que palabras al oídos nos decíamos, nuestras presencias perdían la secuencia de lo que nuestros labios pronunciaban,hasta que un susurro muy lejano en el interior de ambos decía; \"levántense antes que la entrega sea sentida\"; (pero nuestro encuentro resulto más profundo de lo que susurro esa voz interna). Entre besos de despedidas; tus labios ya rodeaban partes de mis mejillas, hasta que su fin fueron encontrarse en el jardín de mis labios; entre movimientos labiales y un poco húmedos nos encontrábamos; progresivamente nuestros cuerpos desmayados de deseos se desmoronaban en aquel jergón, entre nervios y deseos la profundidad de la cercanía era lo que nos brindaba cálidas sensaciones; entre tanto en el roce de nuestros cuerpos ya el frío iba desvaneciendo.

 

Suaves manos acariciaban diversas estaciones de la copula física de la que estamos hechos; que entre movimientos labiales el calor aumentaba, la sed se pronunciaba y las necesidades de amar recorrían en forma de gotas de agua cada estación privilegiada, haciendo aviso de la ultima conexión compenetrada. Que se manifestó tan cauteloso el querido silencio; que cuando todo culmino, solo nuestras manos eran las que quedaban atadas a algunas partes de nuestros dedos en señal del grato encuentro, y con tu suave sonrisa y beso en mi mano y mejilla, nuestra profunda e inigualable experiencia y apreciación se selló en ese elevado encuentro.