Fernando Martínez

Metamorfosis

Bajo piedras y señales

entre crudas sombras y rotos bolsillos

yacía un demonio

compartiendo su vida conmigo.

 

No recuerdo como se llamaba

su nombre nunca a mi me lo dijo,

solo recuerdo que miraba

sin paciencia y odio, todo alrededor mío.

 

Y entre el odio se moría,

se carcomía por dentro

hasta que un ángel se encontró

y lo cambiaría sin darse cuenta.

 

Y así se vió el demonio

que tenía un corazón

y para confundir su alma

recibía una bendición.

 

Todo era muy extraño 

desde su percepción

sin colores dibuja

en blanco y negro su pasión.

 

Y se entregó al cielo

por querer merecerla

así todo cambió

todo, en nombre de ella.

 

Se dió un paso inexorable

al espacio sin retorno

porque el espectro decidió

construir su capullo.

 

Y al reflexionar mucho tiempo

solo en la marejada

despertó sin saberlo

inmerso en su mirada,

ya no era un gran demonio, ni un fantasma o una sombra

ya era libre al fin

y volaba con alas, como de mariposa.