juan f bravo lira

MEDITACIÓN EN ANGELMÓ

Hoy he llegado a Angelmó

y la mañana es fría como este domingo de junio,

el olor a mar

es menos perceptible que otras veces,

seguramente se debe a la densa neblina

que hoy…

ha querido caer junto a la bahía.

Creo que al atardecer,

volverá a llover aquí en Puerto Montt

y quizás sea una razón lógica

por lo deshabitado que se encuentra

este hermoso lugar

frente a mí, varias lanchas,

que descansan…

que reposan…

que meditan…

Porque las lanchas de Angelmó

¡tienen vida!

Y desde esta roca en que medito

se agrupa la llovizna;

y en un recodo de la misma

va quedando quieta.

Pocos días para regresar a Santiago

a presentar mi memoria…

Pocos días y la felicidad me aísla,

pues algo perturba mi mente

y no aquieta mi pensamiento,

y altera mi vivir.

Sin embargo la soledad sureña

ofrece a mi espíritu

algo que no puedo precisar,

aliviana mi angustia

¡la misma que me acosa desde mayo!.