ANGEL ARTURO

La noche fría

 

La noche fría y tan sola
mi lastima por ella 
no la consuela
no la libera
no la ayuda.
 
Traicionada por las estrellas
y negada tres veces por la luna 
aun permanece de pie por todas ellas
y en su mente un bonito recuerdo se esfuma.

Un súbito recuerdo la perturba
y la rodea una lancinante oscuridad
que penetra fácil 
por su piel frágil,
secuela de las heridas 
que el destino le dejó ayer.
 
Una turbia imagen
retorna del pasado,
dulce  ayer
hoy amarga como la hiel
y casi sin dudarlo,
arranca desde sus entrañas 
un suspiro inesperado
tan profundo, tan lento
hasta dejarla sin aliento.
 
A diario se mira en el espejo,
un rostro exánime y sardónico es reflejo,
se burla de su propia tristeza
para imitar la alegría,
de los que son felices por fuera
y miserables por dentro...
 
 
Por: Arturo Zárate Curi