Alfredo Pablo Ruiz Oieni

Rocío

Fruto permitido,

retoño  de nácar

que envuelven

mis manos  bivalvas.

Frescura matinal,

préstamo soñado

de ésta vida…

 aveces mezquina.

Desde las  entrañas

del amor

te vi llegar,  indefensa…

Explosión de vida!

Ladrona de mi ego,

no dejas nada para mí.

En tus  cabellos,

enredados quedaron

prisioneros mis caprichos,

 por los tuyos…

Poco me importa el universo,

si tu mundo gira firme y seguro,

entre risas y libros.