Angel irredento

Ciudad inspirada

 

De la ciudad radiante

que esconde entre gigantes

de acero el sentimiento y el dolor

 

De las personas tan frías

que remiendan sus heridas

con los hilos de promesas de carbón

 

De las vidas arrugadas

de pasiones agotadas

y de amores prisioneros de un cajón

 

De las canciones obtusas

que siempre buscan la excusa

de pintarte con su duda el corazón

 

De la tristeza urgente

y de sus cuentas pendientes

que chocan armoniosas con su error

 

De las batallas perdidas

de las dudas contenidas

de Madrid y su estribillo de bordón

 

Y de la escuadra de lágrimas

que procesan como ánimas

desfilando por arterias de estación