GuillermoO

Cuatro poemas marroquíes

 

 

El que desea pero no actúa,

engendra peste.

William Blake

                            I

La mitad de mi cuerpo estuvo en Marrakech,

matando palomas mientras los demás miraban.

Les tiraba piedras del color del pan desde mi hueco,

y de pobres morían, hambrientas.

Yo valgo menos que una paloma;

hace dos días que no como, pero no podré comer migajas

porque sé que ocultan la muerte.

                          II

Su disfraz blanco

celebrado entre piedras,

pude tocarlo, buscar su historia en él,

inventándolo,

pero

al tercer día

el sol en silencio fue una forma del amor.

 

                            III

Con él viajé hasta la cercanía de las dunas.

LLegamos a un hamman   (hamman=baño turco)

donde la lluvia y el calor nos hizo amigables.

Sostuvimos nuestros cuerpos desnudos,

uno junto al otro,

como antorchas que pelearan entre sí.

El deseo llevó su mano a mi boca.

 

                              IV

No sólo lo que amamos es lo que perdemos:

el pájaro cóncavo de nuestros sueños

vuela,

y dibuja una página desconocida

en el cielo.

 

G:C.

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