Poeta sin alma

Acuérdate de mí

Acuérdate de mi cuando la rosa

abra en abril sus capomos,

acuérdate, cuando el sol se pose

en el ocaso, meditabundo y soñador

cruce tu habitación tan despacio.

 

Cuando de placer tu corazón palpite

acuérdate de mí, aunque la tarde

delirante sonriendo te imite,

escucha en tu voz como la llama

del amor eterno aun arde.

 

Acuérdate de mi aunque el tiempo

que es cruel verdugo para mi

te haya eclipsado, borrado,

ahuyentado de la común historia

que nos unió en el pasado.

 

Cuando tu corazón peregrino

se canse de divagar en otros cuerpos,

acuérdate de mí, porque estará marchito,

pobre y desesperado, como gorrión cansado

desmoronándose en cualquier regazo.

 

Acuérdate de mí, recostada en su pecho

que como el mío late por ti, porque sabe amar

y decirlo no temo, mientras lo escuches palpitar

podrás reclamarte doliente por qué en ausencia

aun te acuerdas de mí.

 

Cuando inerte tu destrozado corazón

ante el destino sucumba, acuérdate de mí,

porque la flor piadosa de la muerte

estará cerca, miraras en la pared el blanco

del mármol que adorna mi tumba, y no me veras

aunque le ruegues a la noche, aunque riegues

las colinas, aunque te hermanes a la melancolía,

rogaras al viento te hable de mí y el, no responderá,

solo escucharas entre murmullos mi nombre,

y en ese momento, tú vas a acordarte de mí.