A. Martinez

Para sentirte.

Para sentirte no necesito aprobación,

tan sólo ese recuerdo de tu mirada,

aquel rayito de ojos encima de tu

sonrisa sin manchas ni antifaz.

 

Para quererte me basta aquel capricho,

tan sólo aquel familiar olor de tus palabras

diciendo la victoria de tu edad,

rompiendo la soledad del pensamiento.

 

Para tenerte es suficiente el corazón,

la exactitud real del paralelo que te alberga

veraz y fiel en tu lumínica existencia,

tu luz de amar enredada en mi presencia.