Poeta sin alma

Mujer Sóla

A veces, sólo a veces,

quisiera verte en soledad oscura,

retorciendo tus miembros en el lecho

y el deseo mordiéndote la nuca

abrazado a tu espalda

mientras pensamientos eróticos te inundan.

En el silencio hostil de la noche,

cuando en ausencia la libido aumenta,

vayan galopando escalofríos por tus muslos

y en tu mente se aparezca mi figura

sobre el temblor de tus recuerdos,

admitas dedos visitantes en la vulva.

Sobre las burbujas levantadas de tus senos

vuelen lenguas y besos satinados,

un huracán de caricias te hagan suya

con manos invisibles y lejanas.

Quiero que ese momento, casi mío,

dure hasta que caiga la lluvia de tu cuerpo

mojando intensamente tus dedos

y sientas relámpagos golpeando tus caderas

filtrando amalgamas de gemidos y deseos.

Libera ese breve soplo en miniatura

como los que juntos ya tuvimos,

cuando ambos entrelazados en la ducha

nos decíamos palabras densas,

a veces con ternura o con lasciva furia.

Dame ese instante; vas a tener tantos,

que nadie notará estando sólita,

escríbelo en un verso del poema

que me haga pensar en tu abertura

y en una alondra de paso o en una gota de lluvia

envíame esa sonrisa que dibujas

cuando terminas de gozarte, sola.

Ay, mujer sola en noche fría,

que tanto te hago falta entonces;

aunque me llames con mil voces

no llegaré esta noche vida mía.

Busca placer en los ayeres

cuando mi piel era toda tu oferta,

Y mantén el alma tibia y alerta

que cada día estoy mas cerca

y si escuchas golpetear tu pecho

deja sin llave la puerta…