En esas noches de párpados abiertos e inquietud en el alma,
Voy a tu encuentro, atrapando en la memoria tu recuerdo;
y estás ahí...
Tan fuerte y frágil... Tan nuevo y tan lejano;
como los días que se marchan y las horas que no acaban.
Puedo como una confesión, decirte ahora
que he sentido extrañamente necesidad de Ti;
me posee y aprisiona la angustia de perderte...
Siento un suave movimiento, fundiéndote a mi ser.
Vienes como viento huracanado, a demoler cimientos,
a transitar despacio, la ansiedad nocturna de extrañarte
vienes... Viajero de otros mares, de otros puertos lejanos,
al terruño de mis días... Playa de arenas blancas.
Ansioso por tenerte, para nunca dejarte;
tantas noches sintiendo el frío de tu ausencia
preciso humildemente y con todas mis fuerzas,
tu playa, tus arenas blancas, que me abrace tu sol.
Ya no temo dormir, más bien anhelo la quietud desvelada,
acaricio en la memoria y te abrazo en la distancia;
tu risa se hace eco en mis oídos, tu voz y tu palabra
me acunan y alimentan, se quedan en mi alma.
Tras mis párpados de insomnio tu imagen me acompaña.
No tengo miedo ya viajar en los aviónes,
no temo a los pilotos que se quieren borrar...
Volaré hacia mi meta... Llegaré hasta tus brazos.
\"Ya ninguna aventura nos podrá separar\".