Gustavo Echegaray

Las estrellas y Yo.

Yo esperaba, con el frío de las noches,

que de repente me hablaran las estrellas;

aguzaba, afinando bien los oídos,

en busca de un susurro misterioso.

 

Sosegado, las miraba en cada aurora,

irremediablemente, sigilosas,

apagándose, una a una, lentamente,

desesperantemente silenciosas.

 

Yo buscaba, entre la luna y el vacío,

ese idioma que mis ojos comprendieran,

esas notas no-pentagramadas

de su titilar universal y eterno.

 

Yo quería que en la bóveda nocturna,

cobijo de sus astrales menesteres,

me dibujaran, para calmar mis penas,

el rostro de la mujer amada