Raúl Daniel

DÉJAME RODEAR TU OBSCURO LABERINTO (ESPEJO 136)

 

Déjame rodear tu obscuro laberinto,

para sumergirme en el punto

que anhela mi instinto.

 

Déjame jugar con mi dedo en tu ombligo

y acariciar tu pubis adornado de rizos...

quiero beber despaciosamente tu poder,

como a una rosa a la que se huele

mientras ésta muere.

 

Quiero involucrarte en mi voraz desenfreno

y que hagas también tuya la pasión de mis deseos;

hacerte el amor concienzudamente,

penetrarte, además del cuerpo, ¡también la mente!,

que bendigas de pronto el aire que respiro,

porque al ingresar en tus pulmones

¡ya se encuentra tibio!

 

Con milenarias artes orientales, acariciarte toda

y masajearte hasta que el éxtasis te embargue...

y con mi atrevida lengua dibujar por tu cuello,

intrincados arabescos hasta que estalle

por fin tu flor abierta

ante mi mariposa de tu deleite...

 

¡Yo, en mis sabios y maduros años!,

¡tú en tus tiernos y hermosos veinte!