Hugo Emilio Ocanto

Ellos, son más felices (Poema) - De mi autoría- -GRABADO-

Una extraña sensación

de piedad siento al verlos.

Una increíble necesidad

de hacer lo que ellos hacen.

Pienso que ellos, son más felices

que nosotros, los que diariamente

debemos tener nuestra responsabilidad,

nuestros compromisos, nuestras

escasas alegrías, y nuestras

profundas tristezas.

(Hacia arriba alma,

no debes desesperanzar…)

Los miro, los observo,

me entristezco, y pienso…

¿Estos seres, no serán

más feliz que  yo?

Siempre que los veo,

me recuerda a nuestra célebre

película argentina: Dios se lo pague.

Claro que la trama, el guión,

es muy distinto al de mi vida.

Mi visión hacia estos mendigos

es real, es auténtica.

Soy un ser, que estoy

entre los poetas,

aunque siempre expreso que no lo soy.

No deseo una ceguera.

Ésa, la de no ver,

la del ciego, no…

Pero desearía tener

mis párpados cerrados,

no solamente cuando duermo,

sino cuando estoy despierto…

para no ver estas vergonzosas

realidades que nos cercan

día a día.

Los mendigos viven…

como en otro mundo ,

aunque están presentes

como nosotros en este

desdichado mundo.

Pienso así, y no puedo

dejar de expresarlo.

Hay culpables de lo que

me sucede.

A ti también puede suceder,

lo mismo que a mí…

Seres malignos que transitan

por las calles, en busca

de su próxima víctima,

para detenerlos, amenazarlos,

insultarlos, pegarles, robarles…

y muy probable que le quiten la vida.

Cerrar mis párpados,

tapar mis oídos.

Lograr ignorar, ser indiferente,

pero… ¡cómo lograrlo,

siendo tal cual soy!

Con sentimientos elevados

y profundos hacia mis semejantes.

Esos mendigos… que reciben

con agradecimiento una limosna,

de los que no son indiferentes

los que pasan a su lado…

¿Por qué están allí, mendigando?

Cada uno tiene su historia…

Conozco a uno visualmente,

que va por las calles

con una tela que representa

un bolso o una valija,

con objetos personales…

una taza, unos diarios,

para tirarlos en una vereda,

en un  rincón oscuro

de la ciudad, para descansar,

para dormir…

Con sus pies totalmente

descalzos, sucios, completamente…

Con su mirada triste, y lejana.

¿Cuál ha de ser la historia

de su pasado?

Tal vez, la que fuere,

él sea mucho más feliz

que yo, que cualquiera

de nosotros…

 

Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 24/03/2015)

 

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