gustavo aguero mendoza

LA MAÑANA DE HOY

Un día de verano la noche despertó,
la luz de la luna reflejaba su brillo
aquel brillo que yo mire en tus ojos cercanos
con el cual yo podre soñar una vez más
en una calurosa noche de verano.

 

La siesta se hizo inminente durante las horas
el cantar del día desapareció en la oscuridad
la voz del grillo susurraba a lo lejos,
ya era hora de soñar con aquella bondad
de aquel corazón tuyo que me enseñó a amar.

 

No recuerdo la hora en el que desperté
la oscuridad desapareció y el sol ilumino,
más mis pensamientos estaban sosegados en ti
mientras descansaba estabas ahí,
durante las horas pacificas estuviste ahí
la alegría de aquel sueño no se puede expresar,
mas solo sé que el verte, ya me ha de desesperar.

 

Cuento con hilarante emoción las horas del reloj
el cual me indicara la hora de poder verte al fin,
la mañana de hoy desperté mejor que nunca
porque sé que estas a mi lado y ahí osaras quedarte
para no irte más, incluso me atrevo a decir
que estarás en el sueño de hoy, como siempre lo has estado.

 

Oh querida mía muy pronto nos veremos, muy pronto
dudo al pensar como será mi reacción al verte llegar
estaré muy temprano y listo para amarte cada vez,
así que... ¿que esperamos para vernos?
ahí voy, al sueño de mi vida, y mi futuro escrito.