Marc Tellez Gonzalez

Querido hijo.

 

 

 

Querido hijo:

 

Quiero decirte algo; muchas veces te preguntarás, el por qué de mis actos y decisiones hacia ti.


Puedo decirte que es complicado y avéces absurdo, pero el fin siempre será a tu bien estar, recuerda que no nacemos sabiendo ni con la capacidad y experiencia necesaria para saberlo todo, y poder ser buenos padres.


El ser padre no se logra tan solo teniendo hijos, porque el ser padre conlleva la bendición y responsabilidad de poder guiar, orientar y proteger a quien se ama, entregando cariño, comprensión, disciplina y ternura.


Has de saber que no es una tarea muy sencilla, como tampoco es sencillo ser un buen hijo.


Sólo trato de hacer las cosas de la mejor manera y entregarte parte de mi sabiduría.

No esperes que el tiempo corra, no te esfuerces en ser adulto que cuando menos lo sientas, desearas volver a ser un niño, y te darás cuenta que es más sencillo que ser un hombre ya hecho.


Hoy es tiempo del colegio, los amigos, conocer la virtud de ser joven, disfrútalo y aprender a valorar lo que esta vida nos ofrece con tan pocas responsabilidades, que son muy sencillas a tu edad.


No te atórmentes pensando que son muchas o difíciles, todo buen acto conlleva su recompensa de alguna forma.


No des pasos agigantados, todo va escalón por escalón; date tu tiempo, que todo llega en el momento justo y preciso.


Sabrás que no esta en nuestras manos dejar de ser infantes o adolescentes para convertirnos en hombres o sabios ancianos, eso solo el tiempo y tus actos es quien lo decide.


Aun eres frágil y muy vulnerable no quieras volar cuando apenas estas emplumado, que yo te ofrezco mi nido en lo que llega el tiempo que tanto añoras, piensa y toma en cuenta que los prado y los bosques no se moverán, y estarán para ti en toda su extensión.


Recoge tu cuarto, haz tus tareas diarias, tiende tu cama dedica tiempo a tu persona, dedica tiempo a los seres que te amamos; que somos muchos los que pensamos en ti y daríamos cualquier cosa por verte feliz.


Prepárate en todo sentido para la vida, hoy eres joven y por mucho has de pensar que la vida se pinta con un sólo dedo, pero no es así.


En ocasiones el mundo es un lugar extraño que desconcierta y más cuando uno piensa que todo marcha de maravilla. No permitas darle paso a los arrepentimíentos como yo los he experimentado, porque quizás te preguntes ¿ si yo hubiera? Y cuando te hagas esta pregunta, podrá ser demasiado tarde para enmendar cosas que hoy están a tiempo y en tus manos.


Querido hijo un consejo te doy; preocúpate menos y ocupáte más. Llévalo acabo y verás como las cosas se irán resolviendo y marchando a como tu la quieres y esperas.


Has frente a tus responsabilidades como humano y persona, no evadas tus culpas, afrontarlas con la verdad y da soluciones juiciosas, porque tropezar también es bueno para adquirir la preciada experiencia.


Hoy quieres marcharté, y me pregunto donde están mis errores como padre, esto se vuelve una pregunta a la que no encuentro respuesta, el por qué hoy has decidido partir sin expresar una sola palabra.


Date un minuto masivo para meditar, para entender un poco todo esto que hoy te digo.


Espero comprendas, para poder comprender cuales son tus motivos, y compartir esa responsabilidad para que ambos lleguemos a entender que debemos hacer, para darnos paz, y hacer que tus raíces crezcan en buena tierra, porque afuera hasta la mejor fruta se llega podrir.


Eres valiente e inteligente, pero eso no vasta cuando aún te falta preparación y madurar, para eso estoy yo, y sabes que puedes contar conmigo.


Así son las cosa querido hijo, simplemente sencillas, solo que uno mismo las complica.


Si aún quieres marcharté después de mis palabras, asumo que el del error soy yo, y será el momento de entrar en otra cuestión.


Te ama, tu padre.

 


Marc Téllez González