Mirinda

Si uno se esmera, se detiene y observa...

Si uno se esmera, se detiene y observa…

Pueden ocurrir pequeños milagros, a lo largo del día.

Esos que diluyen dolores ocultos,  que opacan el alma.

Si uno se esmera, se detiene y observa…

De cada amanecer alguna oruga renace en mariposa.

Para el sol no existe tiempo ni espacio, siempre vuelve,

asoma alumbrando esperanzas perdidas,

hasta cuando se retira, deja ojos perplejos al contemplar el ocaso.

Si uno se esmera, se detiene y observa…

Llega la noche y la oscuridad se ilumina con luna y estrellas,

y enciende sueños.

Si uno se esmera, se detiene y observa…

Un mundo; con claros de luna, susurros de viento, miradas de madre,

el verde de los montes,  gotas de rocío, el encanto de una flor,

el abrazo de un amigo, lo bello del bravío o sereno mar…

A pesar que la tristeza se anide, la injusticia hiera, el dolor lastime, la enfermedad,

y las preocupaciones parezcan oscurecer la luz…

Si uno se esmera, se detiene y observa…

Pueden ocurrir pequeños milagros, a lo largo del día…

para poder levantarse una vez más, seguir buscando soluciones, y sobre todo

y a pesar de todo, la esperanza renacida.

 

Miriadas