VictorLBriones

El mal partido

Me huelen los pies y el aliento

cuando ando mucho o lo hago lento.

Nunca corro ni grito

a pesar de los tasajos que me cuelgan.

Mi carne es recia y reacia,

con buqué residual a amoniaco.

Tengo agujereada la memoria,

recuerdo ofensas y perdono lo justo, casi nada.

Exagero mis hazañas inexistentes,

cuando no miran me cuento más de veinte,

bebo todo lo que puedo que siempre es poco.

Pido y exijo mucho, presto apenas y devuelvo menos.

No soy un buen partido, pero si un excelente roto;

un ejemplar descosido, todo costras y retales.

Tengo poluciones nocturnas, diurnas y en la merienda.

El culo me huele a culo,

como huelen las rosas recién abonadas.

Intento ser muy mal hablado

y se me ha quedado actitud de limón ciclotímico.

Se me da muy bien huir insultando.

Soy pelín machista y manchista:

la mugre que flota en los naufragios.

Todas mis camisas son son de arruga perenne,

por supuesto ronco hasta rasgarme

y no aguanto bien bromas ni existencias ajenas.

Si me pinchan sangro y después golpeo.

Suelo estar distraído, soy el peor partido,

pero en remiendos soy un experto.