teresa ternavasio

EL QUE VENDRÁ

EL QUE VENDRÁ

 

Ella sintió que dos hadas, de países muy extraños,

Se arrimaron a su cara y le echaron su aliento.

Cayó su cuerpo en la hierba, herido por sentimientos

Y con desconcierto, elevó su mirada al cielo

 

Y fueron las mariposas, reposando en su vientre

Que le dieron la respuesta ¡llegaría en nueve meses!

 

“¡Pero si no te he llamado,

ninguna, de tantas veces!

Ya tengo todo mi amor,

entregado, para siempre

 

¿Por qué ese empeño que tienes,

 en unirte a mi vida?

Jamás podría tener,

 yo, el alma dividida.

 

Vuelve a esa dimensión,

 que te trae sin razón

Dile que no has encontrado,

 lugar en mi corazón”

 

De cara a los cuatro vientos, suelta lágrimas amargas

¿Por qué quiere ese ser, ponerle a ella, amarras?

¿Por que llora, sin verlo, quizás lo está sintiendo?,

¿Por qué el dolor y el tormento, quizás lo está queriendo?

 

Ve su rostro en el espejo y adivina en sus pupilas,

Otra mirada escondida,  como si fuera un reflejo.

Lleva sus manos al pecho, pensando sería lecho,

Suave y blando, como jergón de algodones,

Para ese que vendrá… a quien pide mil perdones

 

Viste túnica de ternura, como la que llevan las madres

Teje batas y escarpines, sabanitas de satén,

Con florcitas rococó, bordadas y coloridas

Para esperar a quien será, el gran amor de su vida