Me pongo melancolico
cuando mis ojos,
solo pintan tu celaje
agarrados de la mano
sobre el otoño que envejece,
cae, rueda y se detiene y se entristece
a la orilla de mis pies alborotados.
Pienso en ti a cada hora,
cabellera de dulces trazos de azabache
que el viento acaricia.
Me esconderé debajo de tu puente
Hasta que toda la hojarasca se disipe,
Hasta que toda la fogata del poniente
cierre los ojos hacia al mar...
Salta, corre y vuela,
brilla y sonríe que la tierra solo es una
A lo lejos alguien llora, a lo lejos
alguien canta sobre el techo de mis albricias.