La Flor de los Andes que alguien diría,
lindo lugar, una ciudad sin techo,
de firme irregular algo maltrecho
y gente apabullada de alegría.
La que vive soñando con derechos
mirando como así pasan los días,
algunos recogiendo los desechos
entre gracias a dios y avemarías.
Pareciera que aquí la vida avanza
en este divagar sin rumbo fijo
pidiéndole al buen dios les dé cobijo
y provea del bien de la pitanza.
Diríase que un nuevo Sancho Panza
habita y se recrea en estos lares,
por todos lados, hay cientos, a millares
repletos de ilusión y de esperanza.
No tienen mucho, sí lo indispensable,
cabalgando van con la cabeza alta,
de aquello que no ansían no les falta,
aparente su vida es saludable.
Son quiteños, gente amable y sincera,
de trato familiar inigualables,
ejemplares, son gente de primera
y sonriendo a la vida, insuperables.
Yo que aunque no soy de aquí, aquí quisiera
animar a que conozcan la ciudad
tan llena de belleza y de bondad
donde ya todo el tiempo es primavera.
Quito y yo pareja somos de hecho,
yo la amo y ella a mi me corresponde,
si la busco, yo sé donde se esconde,
todo es amor pues de ella no sospecho.
Paseo hoy por la zona colonial,
con sus bellos espacios me embeleso,
veo plazas y rincones sin igual,
Quito es sensacional, Quito es un beso.