Gomezea

Substancia

Allá, donde estás, te imagino

con tu piel caramelizada,

sonriendo, soñando conmigo

como te sueño yo, mi amada.

 

Entonces, suspiro hondamente,

tan profundo que lleno el alma

con tal, tu perfume aparente

que se ha de parecer al ámbar.

 

Pero a pesar de esta distancia,

te siento, cual si en otro tiempo,

en un laberinto de salvias,

hubiese probado tu aliento.

 

Te pido, querida dulzura,

miel de los sueños olvidados,

ámame con tanta locura

que el mundo parezca sensato.

 

A merced de la gallardía

que despliegan tus dos luceros,

te entrego la substancia mía

escrita en estos pobres versos.